ORIENTACIÓN A LA LACTANCIA MATERNA
La leche materna es el mejor alimento para el lactante durante
los primeros meses de vida. Cubre las necesidades nutricionales para su
adecuado crecimiento y desarrollo físico y desde el punto de vista emocional le
asegura el establecimiento de un buen vínculo madre-hijo y una adecuada
relación de apego seguro con su madre, ambos esenciales para un correcto
desarrollo como persona independiente y segura. Por todo ello la lactancia
materna es considerada el método de referencia para la alimentación y crianza
del lactante y el niño pequeño.
La superioridad de la leche materna sobre cualquier otro
alimento (leche de fórmula artificial) para la nutrición y desarrollo del bebé
durante los primeros meses de vida ha quedado bien demostrada en numerosos
estudios científicos, que señalan un mayor riesgo de numerosos problemas de
salud en los niños no alimentados con leche materna, entre los que cabe
resaltar un mayor riesgo de muerte súbita del lactante y de muerte durante el
primer año de vida, así como de padecer infecciones gastrointestinales,
respiratorias y urinarias y de que estas sean más graves y ocasionen ingresos
hospitalarios. A largo plazo los niños no amamantados padecen con más
frecuencia dermatitis atópica, alergia, asma, enfermedad celíaca, enfermedad
inflamatoria intestinal, obesidad, Diabetes Mellitus, esclerosis múltiple y
cáncer. Las niñas no amamantadas tienen mayor riesgo de cáncer de mama en la
edad adulta. Los lactantes no alimentados al pecho presentan peores resultados
en los test de inteligencia y tienen un riesgo más elevado de padecer
hiperactividad, ansiedad y depresión, así como de sufrir maltrato infantil. Por
otro lado, en las madres aumenta el riesgo de padecer hemorragia postparto,
fractura de columna y de cadera en la edad postmenopáusica, cáncer de ovario,
cáncer de útero, artritis reumatoide, enfermedad cardiovascular, hipertensión,
ansiedad y depresión.
INDICACIONES
1. La
leche materna es por sí sola el mejor alimento y la mejor bebida que puede
darse a un bebé menor de seis meses de edad. Este no precisará ningún otro
alimento ni bebida, ni siquiera agua, durante este período.
Fundamentación:
La
leche materna es por sí sola el mejor alimento y la mejor bebida que puede
recibir un recién nacido. La leche de los animales, los preparados para
lactantes, la leche en polvo, el té, las bebidas azucaradas, el agua y las
papillas de cereales, son de inferior calidad.
La
leche materna resulta fácil de digerir. También es el alimento que mejor
promueve el crecimiento y el desarrollo y protege contra las enfermedades.
Incluso en climas secos y calurosos, la leche materna es suficiente para
satisfacer las necesidades de líquidos de un lactante.
No
es necesario dar al bebé más agua o bebidas durante los primeros seis meses.
Dar al lactante cualquier alimento o bebida distinta de la leche materna
incrementa el riesgo de que pueda contraer diarrea y otras enfermedades.
Los
sustitutos de la leche materna que son adecuados desde el punto de vista
nutritivo resultan caros. Por ejemplo, alimentar a un niño durante un año
requiere 40 kilogramos (unas 80 latas) de preparación para lactantes. Los agentes
de salud deben informar sobre su costo a todas las mujeres que consideren la
posibilidad de utilizar sucedáneos de la leche materna.
Si
el control mensual de peso indica que el crecimiento de un lactante menor de
seis meses es insuficiente:
·
el niño necesita ser
amamantado más a menudo. Por lo menos pueden resultar necesarias 12 tomas
durante un período de 24 horas. El lactante debería mamar por lo menos durante
15 minutos.
·
puede que el niño necesite
ayuda para poder colocar la mayor parte del pezón en la boca.
·
puede que el niño esté enfermo y debería ser
conducido a un agente capacitado de salud
puede que el agua u otros líquidos estén reduciendo la ingestión de
leche materna.
·
La madre debe amamantar
exclusivamente a su hijo y no darle ningún otro líquido.
·
Todo lactante mayor de seis meses de edad
necesita otros alimentos y líquidos. El amamantamiento debe continuar hasta que
el niño tenga dos o más años de edad.
2. Existe
la posibilidad de que las madres infectadas con el VIH/SIDA transmitan la enfermedad
a sus hijos al amamantarlos. Las mujeres infectadas, o que sospechen la
posibilidad de estar infectadas, deben consultar a un agente capacitado de la
salud para que les someta a una prueba y les ofrezca orientación y consejo
sobre cómo reducir el riesgo de infectar al recién nacido.
3. Los
recién nacidos deben estar cerca de sus madres y conviene iniciar la lactancia
materna una hora después del parto.
Fundamentación:
El
recién nacido tiene que permanecer en estrecho contacto con la madre el mayor
tiempo posible. Las madres y sus hijos recién nacidos deben ocupar la misma
habitación o la misma cama. El lactante debe poder mamar con la frecuencia que
desee. Iniciar la lactancia materna inmediatamente después del parto estimula
la producción de leche de la madre. También contribuye a que el útero de la
madre se contraiga, un factor que reduce el peligro de una hemorragia abundante
o de una infección. El calostro, la espesa leche amarillenta que se produce
durante los primeros días después del parto, es el mejor alimento para los
recién nacidos. Es nutritiva y contribuye a protegerles contra las infecciones.
En algunos países se aconseja a las madres que no den este calostro a sus
hijos, pero es un consejo equivocado. El recién nacido no necesita ingerir
ningún alimento ni líquido mientras espera que aumente la reserva de leche de
la madre. Si la madre da a luz en un centro de maternidad, tiene derecho a
esperar que el recién nacido permanezca en el mismo cuarto durante las 24 horas
del día y que su bebé no reciba ni preparación para lactantes ni agua si le
está amamantando.
4. La
producción de leche aumenta con la frecuencia del amamantamiento. Casi todas
las madres pueden amamantar a sus bebés.
Fundamentación:
Muchas
madres necesitan ayuda para iniciar la lactancia materna. Otra mujer que haya
amamantado con éxito o un familiar, un amigo o un miembro de un grupo femenino
de apoyo al amamantamiento, puede ayudar a la madre a superar sus dudas y
evitar las dificultades.
La
forma en que la madre sostiene a su hijo y la manera en que el lactante
succiona el pezón son muy importantes. Sostener al lactante en una buena
posición facilita la forma en que éste toma el pecho con la boca y succiona de
una forma adecuada.
Las
siguientes indicaciones permiten apreciar la posición correcta del lactante:
·
el cuerpo del bebé se
mantiene vuelto hacia la madre
·
el bebé está cerca de la
madre
·
el bebé está tranquilo y
contento.
Una posición incorrecta puede causar
problemas, como por ejemplo:
·
dolor o grietas en los pezones
·
insuficiente producción de
leche
·
rechazo de la alimentación.
·
Indicaciones
de que el lactante está alimentándose bien:
·
la boca del lactante está
completamente abierta
·
la barbilla del bebé toca el
pecho de la madre
·
es posible ver más piel
oscura alrededor del pezón de la madre por encima de la boca del lactante que
por debajo
·
el bebé succiona largamente
y con fuerza
·
la madre no siente dolor en
los pezones.
Casi
todas las madres producen leche suficiente si:
·
Amamantan de forma exclusiva
·
el lactante toma el pecho
bien en una posición adecuada
·
el lactante mama con tanta
frecuencia y durante tanto tiempo como lo desee, incluso durante la noche.
El recién nacido debe ser amamantado
cada vez que lo desee desde el mismo momento del parto. Si un bebé duerme más
de tres horas después de haber sido amamantado, es preciso despertarlo
suavemente y ofrecerle el pecho.
Cuando
un lactante llora no es señal de que necesite recibir otros alimentos o
líquidos. Habitualmente, el llanto indica que el bebé necesita recibir mayores
cuidados y de que le tengan en brazos más a menudo. Algunos bebés necesitan
succionar el pezón simplemente para consolarse. Si el lactante tiene hambre,
una succión más intensa producirá más leche.
Las
madres que temen no tener suficiente leche a menudo dan a sus hijos otros
alimentos o líquidos durante los primeros meses de vida. Pero el resultado es
que el lactante toma el pecho con menos frecuencia, con lo cual se reduce la
producción de leche materna. La madre producirá más leche si no da al niño
otros alimentos o líquidos y le amamanta a menudo.
No
se deben dar chupetes, muñecos o biberones a los niños que son amamantados,
pues la acción de succionar un biberón es muy distinta de la que exige la
lactancia materna. Utilizar chupetes o biberones puede disminuir la producción
de leche de la madre e inducir al lactante a abandonar por completo la
lactancia materna.
Es
preciso tranquilizar a las madres y asegurarles que pueden alimentar a sus
hijos pequeños exclusivamente con su propia leche. Para ello necesitan recibir
estímulo y ayuda práctica del padre del niño, de sus familias, de sus vecinos,
de sus amigos, de los agentes de salud, de sus empresas y de las organizaciones
de mujeres.
El
momento de amamantar al bebé puede ser una oportunidad para que la madre se
tome un descanso. Los maridos y otras personas de la familia pueden facilitarlo
animando a la madre a acostarse, en un lugar tranquilo y silencioso, mientras
amamanta a su hijo.
También
pueden asegurar que la madre disponga de suficientes alimentos y ayudarla en
las tareas del hogar.
5. La
lactancia materna contribuye a proteger a los bebés y niños pequeños contra
algunas enfermedades peligrosas. También ayuda a crear un vínculo especial
entre la madre y el hijo.
Fundamentación:
La
leche materna proporciona al recién nacido su primera “inmunización”.
Contribuye a proteger al bebé contra la diarrea, las infecciones del oído y el
pecho y otras enfermedades. La máxima protección se consigue cuando se alimenta
al bebé exclusivamente con leche materna durante los primeros seis meses de
vida y se le sigue amamantando hasta bien entrado el segundo año. Ningún otro
líquido ni alimento proporciona esta protección. Los niños alimentados con
leche materna reciben por lo general más atención y estímulos que los que se
alimentan por sí mismos con biberones. La atención ayuda a los lactantes a
crecer y desarrollarse y contribuye a que se sientan más seguros.
6. La
alimentación con biberón puede causar enfermedades graves o la muerte. Si una mujer
no puede amamantar a su hijo, el lactante debe recibir leche materna o un
sucedáneo de la leche materna en una taza limpia.
Fundamentación:
Los
biberones y las tetinas sucias pueden provocar enfermedades como la diarrea o
infecciones del oído. La diarrea puede ser fatal para los niños de corta edad.
Hay menos probabilidades de que se produzcan enfermedades si los biberones y
las tetinas se esterilizan con agua hirviendo antes de cada comida, pero un
lactante alimentado con biberón sigue teniendo más posibilidades de contraer
diarrea u otras enfermedades comunes que un lactante alimentado con leche
materna.
El
mejor alimento para un recién nacido que, por cualquier motivo, no pueda ser
amamantado, es la leche extraída del pecho de su madre o de otra madre
saludable. Es preciso darle esta leche en una taza abierta y muy limpia.
Incluso los niños recién nacidos pueden ser alimentados con una taza abierta,
que resulta más fácil de limpiar.
El mejor alimento para cualquier recién nacido
que no pueda recibir la leche de su madre es la leche de otra madre que se
encuentre saludable.
En
caso de que no haya ninguna posibilidad de obtener leche materna, es preciso
alimentar al bebé con un sucedáneo adecuado en una taza. Los lactantes que
reciben sucedáneos de la leche materna corren un mayor riesgo de mortalidad o
de contraer una enfermedad que los niños amamantados.
Alimentar al lactante con sucedáneos de la
leche materna puede ser la causa de un crecimiento deficiente o de enfermedades
si se diluyen en una cantidad excesiva de agua o si el agua no está limpia. Es
importante hervir el agua y luego dejarla enfriar y seguir las instrucciones
para mezclar los sucedáneos de la leche materna.
La leche animal o los preparados de leche para
lactantes se dañan después de permanecer a temperatura ambiente durante algunas
horas. La leche materna puede conservarse a temperatura ambiente ocho horas
como máximo sin que pierda calidad. Guárdela en un recipiente limpio y tapado.
7. A
partir de los seis meses de edad, aproximadamente, el niño debe empezar a
recibir una variedad de alimentos complementarios, pero la lactancia materna
debe continuar hasta bien entrado el segundo año de vida y prolongarse si es
posible.
Fundamentación:
Aunque
los niños necesitan recibir otros alimentos adicionales después de los seis
primeros meses de vida, la leche materna sigue constituyendo una importante
fuente de energía, de proteínas y de otros nutrientes, como la vitamina A y el
hierro. La leche materna contribuye a proteger al niño contra las enfermedades
durante todo el tiempo que el niño sea amamantado. Desde los seis meses hasta
el primer año de edad, el niño debe recibir leche materna antes que cualquier
otro alimento, para asegurar que ingiere una cantidad suficiente de leche
materna todos los días. El régimen alimentario del lactante debe incorporar
legumbres hervidas, peladas y hechas puré, algo de aceite, así como pescados,
huevos, pollo, carnes o productos lácteos que contienen vitaminas y minerales.
Durante el segundo año, debe ofrecerse el pecho después de las comidas y en
otras ocasiones. La madre puede seguir amamantando a su hijo durante todo el
tiempo que ella y el niño lo deseen.
Las orientaciones generales
para la alimentación complementaria son:
Desde los 6 hasta los 12
meses: amamantar con frecuencia y dar otros
alimentos tres veces al día.
Desde los 12 hasta los 24
meses: amamantar con frecuencia y darle cinco
veces al día de los alimentos que consume el resto de la familia.
Desde los 24 en adelante:
continuar el amamantamiento si tanto la madre como el hijo lo desean y
alimentarle con las comidas que toma la familia cinco veces al día.
Los
niños pequeños enferman con frecuencia cuando empiezan a gatear, a caminar y a
jugar, y a beber y comer líquidos y alimentos que no son leche materna. Un niño
enfermo necesita tomar mucha leche materna, ya que le proporciona un alimento
nutritivo y fácilmente digerible en un momento en que ha perdido el apetito por
otros alimentos. Dar de mamar al niño también puede ser una manera de
consolarle cuando está irritado.
8. Una
mujer que trabaje fuera del hogar puede seguir amamantando a su hijo si lo hace
con la mayor frecuencia posible cuando está con el lactante.
Fundamentación:
Si
una madre no puede estar con su hijo durante su horario de trabajo, debe
amamantarlo con frecuencia durante el tiempo en que se encuentren juntos. Un
amamantamiento frecuente garantiza la producción de leche materna.
Si una mujer no puede amamantar a su hijo en
el lugar de trabajo, debe extraer la leche dos o tres veces durante la jornada
laboral y guardarla en un recipiente limpio. Es posible guardar la leche
materna a una temperatura ambiente por un máximo de ocho horas sin que se
estropee. Otra persona puede dar al niño la leche extraída por medio de una
taza limpia.
La
madre nunca debe alimentarlo con sucedáneos de la leche materna. Las familias y
las comunidades pueden exhortar a las empresas a que ofrezcan a sus
trabajadoras licencia de maternidad, guarderías y el tiempo y el lugar
necesarios para que amamanten a sus hijos o extraigan la leche.
9. La
lactancia ofrece a la madre una protección del 98% frente al embarazo durante
los seis meses siguientes al parto, a condición de que la madre no haya
empezado a menstruar de nuevo, de que el bebé mame a menudo tanto de día como
durante la noche, y de que el bebé no reciba regularmente otros alimentos y
bebidas, o un chupete.
Fundamentación:
Cuanto
más a menudo amamanta la madre a su hijo, más se retrasa la reanudación de la
menstruación. Si una mujer amamanta menos de ocho veces en 24 horas o alimenta
al niño con otros alimentos o líquidos o le ofrece un chupete, puede que el
lactante se alimente con menos frecuencia del pecho materno y que la
menstruación de su madre se reanude antes.
Puede
ocurrir que la madre vuelva a quedar embarazada antes de reanudarse la
menstruación. Es más probable que esto ocurra cuando ya han transcurrido seis
meses o más desde el nacimiento del bebé.
La
mujer que desee evitar un nuevo embarazo debe emplear otro método de
planificación familiar si se da alguna de las siguientes circunstancias:
·
su menstruación se ha
reanudado
·
el bebé ha empezado a tomar otros alimentos y
bebidas o usa un chupete
·
el bebé ya ha cumplido seis meses.
Resulta
mejor para la salud de la madre y del niño si evita volver a quedar embarazada
de nuevo hasta que el hijo de menor edad cumpla dos años. Un agente sanitario o
una partera cualificada deben ofrecer a los progenitores información en materia
de planificación familiar. La mayoría de los métodos utilizados para evitar el
embarazo no afectan la calidad de la leche materna. Sin embargo, algunas
píldoras anticonceptivas contienen estrógenos, que pueden reducir la secreción
de leche. Un agente capacitado de la salud puede ofrecer orientación sobre los
mejores tipos de anticonceptivos para una madre que amamanta a su hijo.
Contraindicaciones de la
lactancia materna
En
la práctica, son muy pocas las situaciones que contraindican la lactancia. Ante
cualquier situación que pueda plantear dudas, siempre se debe realizar una
valoración individualizada, considerando los grandes beneficios de la
alimentación con leche materna frente a los posibles riesgos. Si se considera
necesaria la interrupción temporal de la lactancia, se aconsejará a la madre
que vacíe con frecuencia las mamas, de forma manual o con sacaleches, para
mantener la producción de leche y poder reanudar la alimentación al pecho sin
problemas.
Infección por el virus de la
inmunodeficiencia humana
La
transmisión del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) tipo 1 a través de
la leche materna está demostrada. Diversos factores aumentan el riesgo de
transmisión, y explican los índices variables que se han encontrado en
diferentes estudios (5-53%). La infección materna por VIH constituye una
contraindicación para la lactancia en países desarrollados, en los que se
dispone de fórmulas adecuadas para la lactancia artificial. La situación es
distinta en los países en vías de desarrollo, donde las enfermedades
infecciosas y la malnutrición constituyen las principales causas de muerte en
la infancia. En estas circunstancias, la lactancia materna es crucial para la
supervivencia del lactante, al no disponerse de alternativas seguras. Por este
motivo, la OMS recomienda que, en dichos países, las madres infectadas por VIH
mantengan la alimentación al pecho, ya que sus beneficios superan el riesgo de
transmitir el virus.
Infección por el virus de la
leucemia humana de células T
Se
ha demostrado la transmisión del virus HTLV tipo I y II, que causa la
leucemia/linfoma de células T del adulto, a través de la leche materna, por lo
que la infección materna por este virus es una contraindicación para la
alimentación al pecho, siempre y cuando se disponga de sustitutos adecuados. Se
ha comprobado que la congelación inactiva el virus HTLV-I. Si esto se confirma,
las madres infectadas por HTLV-I podrían extraer la leche, congelarla y después
administrársela al lactante mediante biberón.
Galactosemia
La
lactancia materna está contraindicada en los niños afectados por galactosemia.
Estos niños deben recibir una dieta sin lactosa ni galactosa desde el
nacimiento. Hay que excluir la leche y todos los productos lácteos y
sustituirlos por fórmulas sin lactosa o fórmulas de soja. Algunas formas leves
pueden recibir lactancia materna parcial.
Deficiencia primaria congénita de lactasa
El déficit congénito de lactasa contraindica
la lactancia materna. Esta forma de comienzo temprano en el periodo neonatal,
es extraordinariamente rara; sólo se han diagnosticado alrededor de 40 casos
desde que fue descrito en 1959.
Fármacos y drogas
contraindicadas
Durante
la lactancia Pocos fármacos contraindican la lactancia por sus efectos nocivos
en el niño al pasar a través de la leche . Si una madre lactante precisa
medicación, se debe buscar un fármaco que sea adecuado para el tratamiento de
la madre y compatible con la lactancia. Como ejemplos de situaciones
excepcionales que contraindican la lactancia materna, podemos citar el tratamiento
con agentes quimioterápicos o antimetabolitos.
La lactancia materna también se debe suspender
si hay que administrar a la madre isótopos radioactivos, con fines terapéuticos
o diagnósticos. La madre puede extraerse la leche los días previos, para
dársela al niño durante ese periodo, hasta que pueda ponerlo de nuevo al pecho;
la leche extraída mientras tenga isótopos radioactivos en su organismo debe
desecharse. Otras pruebas de radiodiagnóstico, como las radiografías, la
tomografía axial computarizada (TAC) y la resonancia magnética nuclear (RMN)
(aunque requieran el empleo de medios de contraste) no contraindican la
lactancia.
El
consumo de heroína, cocaína, anfetamina y marihuana es incompatible con la
lactancia materna por sus efectos adversos en el niño. La metadona, en
cambio, no comporta riesgo para el lactante, ya que pasa en cantidades mínimas
a la leche materna; por otro lado, se ha comprobado que la lactancia materna
tiene un efecto beneficioso en estos niños, en los que mejora la evolución del
síndrome de abstinencia neonatal y disminuye los días de hospitalización.
DÍAZ GÓMEZ. ( 2015). Nutricion Pediatrica. Obtenido de nutricion: www.gastroinf.es. CONSULTADO el 30 de abril del 2015
unicef. «unicef.org.» unicef.org. s.f. http://www.unicef.org/spanish/ffl/pdf/factsforlife-sp-part5.pdf (último acceso: 30 de abril de 2015).
Para todos los recién nacidos es de suma importancia que reciban lactancia materna por lo menos los 6 primeros meses de su vida ya que la leche materna le brinda anticuerpos al recién nacido que ninguna otra leche contiene; además de esto la leche materna ayuda a evitar gran número de enfermedades como:
ResponderBorrar-Colitis necrosante.
-Infecciones gastrointestinales.
-Neumonías.
-Infección respiratoria.
-Caries temprana.
Pero sobre todo el hecho de que se alimente con leche materna al bebe favorece el vínculo madre-hijo.
Es por ello que se debe de orientar a las madres sobre como amamantar correctamente a sus hijos; así mismo brindarles la información necesaria de todos los beneficios que tiene la leche materna para su bebe y convencerlas de que la lactancia materna es lo mejor que le puede dar como alimentación a su hijo.
Brenda González Trejo.
me pareció un tema de gran interés y de gran ayuda, principalmente para las madres primigestas ya que a ellas se les dificulta lograr una alimentación de forma correcta y así poder evitar el uso de los biberones al menos durante los 6 primeros meses de vida, ya que la leche materna contiene nutrientes y proteínas que le sirven de defensa para el organismo del bebé. Además de que la leche materna es la mejor alimentación que se le puede brindar para evitar posibles enfermedades.
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